MÚSICA EN VINO TAMBIÉN CONTENDRÁ POEMAS

Llevaba tiempo pensando en esta posibilidad, que este blog también albergara mis poemas. De hecho estoy considerando incluir contenidos sobre literatura y poesía en el programa de Radio. Ya lo he hecho en alguna edición concreta de Música en Vino, pero ahora sería más frecuente. Sería una manera de explorar las conexiones entre música y poesía, e incluso entre viticultura y literatura, que también existen. En este sentido, recuerdo por ejemplo, los relatos breves que escribió Fernando Quiñones para un certamen literario de la ciudad de Jerez y que estaban relacionados con el vino o la novela de Cabellero Bonald "Dos días de Septiembre".
De momento iré escribiendo aquí mis últimos poemas. Algunos no están revisados, así que aparecerán en "bruto", y por tanto a veces no serán la última versión del mismo.
Hoy quiero empezar por un poema que me surgió a propósito de la escucha en Radio 3 (RNE) del grupo Staff Benda Bilili, una banda congoleña muy recomendable, formada por músicos con discapacidad física que han pasado de tocar en las calles de Kinshasa, y de reunirse en el zoo de esa ciudad, a hacerlo en escenarios de medio mundo. Ellos tienen una canción que se llama "Cartones". Al principio me atrajo esta palabra por su sonoridad, después quise buscar qué podría esconderse detrás de este material. Y aquí está el resultado.

Cartones de embalaje
de varias mudanzas,
que no pueden proteger
los objetos de la emoción.

Cartones mojados
que no podrán servir
una noche más
de catre en el cajero automático.

Cartones donde se anotan
los precios al alza de los cereales
en el mercado de materias primas de Chicago.

Cartones que contienen
toneladas de galletas Nestle caducadas
en un polígono industrial
de un suburbio de Johannesburgo.

Cartones que envuelven juguetes,
cartones que inundan
las calles de barrios residenciales
tras el día de Reyes.

Cartones del bingo
de aquella empresa
que rifa tres despidos.

Cartones que publicitan
elecciones donde tan solo votará
el cuarenta por ciento del censo.

Historias acartonadas por el tiempo
que hay que reciclar.