Después de una semana en la que no hubo emisión de Música En Vino por culpa de las tormentas, que dañaron parte del repetidor y nos dejaron sin Radio Grazalema durante casi una semana, volvemos con un programa cargado de emociones.
Aunque ya hacía unos días que seguía por la prensa y la televisión su situación preocupante, cuando se confirmó el fallecimiento de Enrique me emocioné. Además de ser una de las figuras de la música que más admiro, mi emoción se acrecienta después de haber tenido un encuentro con él, breve, pero suficiente para reconocer su valía humana. Fue en el verano de 2001 cuando yo trabajaba en la Oficina Técnica de Urbanismo del Albaicín, y él en chándal, y sin previo aviso, pasó por allí para ver cómo iba la tramitación de una licencia de obras. Entonces me lo presentaron mis compañeros; yo, después de sobreponerme al shock de estar delante de alguien al que admiraba, tan solo fui capaz de alabar su disco Omega. Él lo agradeció con una sonrisa y nos regaló unos discos a la concurrencia. A mí me correspondieron "Misa Flamenca" y un disco publicado por su discográfica, Discos Probeticos, que firmaba el guitarrista Rafael Riqueni y que llevaba por título "Maestros". Con su disquera Morente pretendía dar voz a aquellos artistas flamencos que no contaban para la industria y editar sus propios trabajos, a veces demasiado arriesgados. Por supuesto, que esos discos que me regaló engrosan ya parte de mi discoteca más íntima.
Quizá tenga que pasar esta conmoción que ha causado su muerte, y algunos años, para que nos demos cuenta realmente de la pérdida que supone su marcha. ¿Quién seguirá innovando en el flamenco, quién arriesgará como él, quién podrá tener una libertad creativa como la suya, quién? Ojalá haya muchos que le sigan, pero Enrique Morente es insustituible, como lo fue en su día Camarón de la Isla. Sus discos pasaran a la historia gloriosa de la música de este país, encabezados por el rupturista "Omega", por las relecturas que hizo de los clásicos ("Homenaje a Antonio Chacón") o por su adaptación al flamenco de la poesía de Lorca ("Omega" y "Lorca") o de Miguel Hernández ("Homenaje Flamenco a Miguel Hernández").
A pesar de que ya estaba preparando otro programa para el pasado miércoles, la actualidad y mi estado de ánimo me hizo ponerme manos a la obra para realizar mi particular homenaje al maestro del Albaicín. Difícil poder recoger en apenas cincuenta y cinco minutos un resumen de la vida y la carrera musical (más de veinte discos, más de cuarenta años de carrera) de Morente, pero merecía la pena realizar una aproximación y escuchar su sentida voz mientras en el Teatro Isabel La Católica se despedían de él sus amigos y vecinos.
Estos días entrevistaron a Antonio Arias (de Lagartija Nick) y decía que lo que más le sobrecogía era no poder subirse nunca más a un escenario con él; que tenía una fuerza increíble en directo. Tuvimos la oportunidad de escucharlo en la presentación del disco "Omega" en Fuente Vaqueros, aunque el sonido ese día era pésimo, y les puedo asegurar que su voz sobrecogía por su forma de interpretar los textos de Lorca.
Podríamos hablar de sus ocurrencias durante las entrevistas que he leído o escuchado, su humor, su compromiso social y político, el respeto que se le tenía tanto dentro como fuera del flamenco,... Serían imposible tratar aquí todas las vertientes de su carrera.
Nos deja un hombre sencillo, honesto, de espíritu libre y apasionado de la música en general, no solo del flamenco. Descanse en paz, Enrique Morente.
